
Comprendan, por favor, que somos muchos, muchísimos, los que por no ser dueños de nuestro pasado tenemos que llevar a cuesta la horrible pesadilla de no ser norteamericanos. Además: nuestro cuerpo, nuestra cara y la mayoría de nuestros gestos son diferentes a los suyos…. Perdónennos!!! Como ven, no es culpa nuestra… Quiero ser como ustedes, se los juro de nuevo.
Les repito que hago todo lo posible y he puesto todo mi empeño en vestirme adecuadamente, como un norteamericano, además sé los nombres de muchas cosas en el idioma sagrado de Norteamérica, que es un inglés especial e incomparable. Ni los propios ingleses, ni nadie, habla ese inglés que siempre estoy tratando de imitar con la esperanza de que un día me perdonen (Tal vez lo hagan al ver como lo hago y Dios quiera que sea así).
Por ahora, utilizo lo más que me es posible del idioma sagrado y he ido sustituyendo mi pobre palabrerío primitivo, inculto, ridículo y vergonzante por la mayor cantidad posible de palabras, frases y expresiones “del norte” ¡Ay el norte!!! ¡el norte!... por favor… please, permítanme un Break para tener un…
Mi ropa es del norte o imitación perfecta, pero del norte… Mis zapatos, mis medias, mis adornos, mis discos, mi rock, mis mixers, mis rewind, and other… sí, todo, todo… Además escribo letreros con los spray, mejor dicho “Graffittis” en los muros de la ciudad, todos en inglés!.. y con unas letras que parecen hechas por un american boy, si… si.
De manera que merezco, aunque sea, un pequeño reconocimiento por parte de los norteamericanos.
Yo sé que los que han viajado al norte me tienen que conceder al menos algo. Pero “los propios” ¿Qué dicen de mí? Por favor!!!
¡No es culpa mía!.. ¡Perdónenme mis ancestros, por Dios! ¿Es tan difícil que todo seamos iguales?
Algún día, Dios mediante, todos seremos norteamericanos…
Fernando Álvarez Lerzundy/Caracas, 21 de marzo de 1991.
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