viernes, 15 de mayo de 2009

Ahora le toca a la lectura

A propósito del Plan revolucionario de lectura que arrancón por iniciativa del Presidente Chávez, comenzaron los servidores públicos a pensar cómo cristalizar esta idea.


En Venezuela de la IV, se plantearon más de una vez esta iniciativa, pero no todas tenían un propósito socialista, por el contrario, se trataba de estrategias mercantilistas con miras a incrementar la venta de libros, que para la época, eran editados fuera del país, ya que las imprentas nacionales estaban (convenientemente) en franco abandono.

En esta oportunidad no se trata de promover el mercadeo de libros, ya que el estado cuenta, en la actualidad, con un sistema de imprentas estatales y una nacional con capacidad de reproducir cualquier cantidad de libros, revistas y periódicos totalmente gratis o a precios irrisorios, pero todo esto sería tiempo y recursos perdidos si el pueblo no se interesa realmente por la lectura o hace uso inadecuado del contenido de los mismos, inclusive, si éstos no están a la altura de las necesidades del lector.

No basta con leer, hace falta ser crítico de lo que se lee y para ello se debe entender lo leído y en consecuencia los lectores y lectoras deben manejar ciertas herramientas y estrategias para “deshuesar” el contenido, para entenderlo en su justa dimensión.

Advertencia. No se trata de implantar un sistema académico largo y tedioso que dé al traste con el objetivo del plan, por el contrario, debe tratarse de una metodología que parta de lo lúdico, del aprender haciendo, dinámico y concreto que brinde a las comunidades las herramientas para identificar ¿Qué estoy leyendo? ¿Quién lo escribe? ¿Para qué lo escribe? ¿Por qué lo escribe? ¿En qué contexto lo escribe? ¿Con qué intencionalidad lo escribe? ¿Qué denota? ¿Qué connota? Claro está, se trata de un acercamiento al estudio del lenguaje.

Si bien el Comandante Chávez le dio “luz verde” al Plan, también advirtió que no debe tratarse de un plan más. Por ello se debe ir sin prisa, pero sin pausa y tomar el tiempo para buscar las estrategias que garanticen el éxito de esta iniciativa para romper aquello que inequívocamente dijo el Libertador Simón Bolívar “nos han dominado más por la ignorancia que por la fuerza”.