Me distraigo haciéndole seguimiento al discurso de la
oposición venezolana para tratar de descifrar sus intenciones reales. Esta costumbre
no es producto de una manía o una obsesión, es producto del desempeño de los factores políticos de la
derecha, caracterizada por la mentira, doble discurso, la falacia, la emboscada
y la traición.
Hay dos campañas que no termino de entender o descifrar en
todas sus partes. Una son las encuestas y la otra “el voto es secreto”
Vamos con la primera. Últimamente se han publicado una serie
de estudios que dan un amplio margen a favor del candidato Chávez. Lo que ha
provocado un estado de angustia, ansiedad y frustración en los sectores que
apoyan otras fórmulas. Pudiera ser normal, si no hubiese habido una curiosa
reflexión del presidente de Hinterlaces, Oscar Schemel , quien dijo que la brecha entre
Chávez y Capriles era del 18% y que podría bajar hasta un 9%, pero nunca más de
allí, SALVO QUE OCURRIERA UN HECHO EXTRAORDINARIO QUE PUDIERA CAMBIAR LA FORMA EN
QUE EL PUEBLO VE AL PRESIDENTE CHÁVEZ… esta
idea la repitió varias veces y luego dio ejemplos de “hechos extraordinarios”
como: el caracazo o el golpe de estado del 4F. Además dijo que la popularidad
de Chávez se debía, no a sus políticas, sino a que el pueblo lo ve como un Dios.
Lo que me lleva a pensar que la estrategia es promover un “hecho
extraordinario” y atacar no a las
políticas sino al causante de las angustias, zozobras y frustraciones… a Hugo
Chávez. Provocar un hecho tan deplorable que mal ponga al Presidente o que
alguien interprete que la solución es matar a Chávez para acabar con tantas
angustias. (Sé que esta estrategia no es nada novedosa, pero está nuevamente
planteada)
Por otro lado me sorprende la forma tan “lai” con que la oposición ha tomado el tema de la incorporación del Sistema de Autenticación Integrado (SAI), que sustituye las “capta huellas” en el proceso electoral.
En todas las elecciones la contrarrevolución se ha ensañado
en contra de las capta huella, acusándolas de servir para develar la intención
de voto del elector.
Resulta que ahora las capta huellas son buenas, son la
garantía del voto secreto. Pero ya no están las capta huellas… Ahora está el
SAI
Rafael Poleo, connotado periodista opositor, caracterizado
por tratar de salir siempre en la “foto” soltó prenda adelantada y recientemente
dijo que el SAI no garantizaba el secreto del voto, pues a su juicio hay la
posibilidad real de asociar al elector con el voto emitido al estar integrada
la capta huella con la máquina de votación.
¿Una tontería más de Poleo? ¿Por qué la campaña de la
oposición de resaltar algo que todos sabemos y no ponemos en duda? ¿Tendrá
relación los hechos extraordinarios con el SAI y el voto secreto?
No lo sé aun… pero estaré pendiente, pues hay algo que si
reconozco y es que ni la oposición ni sus operadores dicen algo por azar. Como en
publicidad, en la propaganda cada palabra tiene un papel en el rompecabezas del
mensaje, está en cada quien saber decodificarlo y prender las alarmas a tiempo.