lunes, 2 de enero de 2012

Violencia enlatada

 No hay peor angustia que la idea de perder la vida, sea por enfermedad, accidente o en manos del hampa.

Curiosamente este tema ha sido la punta de lanza de los detractores del Gobierno del Presidente Hugo Chávez desde hace más de diez años, quienes cada vez que se acerca un evento electoral arremeten, con ayuda de los medios de comunicación privado bien orquestados, exacerbado y potenciado la “sensación de inseguridad”, bombardeando a la sociedad civil con propaganda “negra”, a través de titulares, programas de televisión y de radio que dan cuenta de cifras sangrientas. La muerte es el tema mañana tarde y noche.

No se trata de esconder una realidad que golpea y enluta a muchas familias en este país. Se trata de ubicar el tema en su justa dimensión. En primer lugar los titulares reflejan las cifras de los cuerpos que ingresan a las morgues del país sin hacer distinción entre los que mueren por causa natural, por accidentes o por causas pasionales.

Violencia importada

Los venezolanos estamos sometidos, a través de la programación diaria de la televisión privada y video-juegos a una  violencia exacerbada, donde delinquir es normal, lo importante es ser el “calteluo” y la vida del prójimo no vale nada, pues la meta es “ganar”, destruir como sea al adversario para destacar socialmente o pasar a un nivel superior.

Todos fuimos testigos cuando al este de Caracas, en la hacienda Daktari propiedad del cubano anticastrista Robert Alonso (hermano de María Conchita Alonso) introdujo un nutrido grupo de paramilitares colombianos disfrazados de efectivos militares nacionales, con la intención de desestabilizar al gobierno y tratar de asesinar al mandatario nacional, demostrando con esto que es una realidad la importación de la violencia.

Desde entonces comenzó una ola de hechos fuera de lo común (al menos para los venezolanos) ensañamiento en robos comunes donde le descarga una cacerina completa (al menos nueve balas) a un transeúnte para robarle un celular o quitarle los zapatos, sicariato y violencia carcelaria desmedida.

Todo esto es aprovechado, y quién sabe si promovido, por los enemigos de la revolución socialista con la ayuda de potencias imperiales extranjeras con la intención de crear zozobra, angustia e incertidumbre entre los pobladores de la patria de Bolívar, con el único objetivo de derrotar a la revolución bolivariana, pues frente a los múltiples logros y aciertos de las políticas socialistas no encuentran argumentos para rebatir lo que está a la vista del mundo entero.

A Dios gracias, los venezolanos y venezolanas (en su mayoría) han dejado de ser pasivos espectadores inertes frente a las mentiras y manipulaciones mediáticas, comprendiendo (en menor o mayor medida) que se trata de estrategias de las Operaciones Psicológicas de la Guerra de Cuarta Generación promovida y financiada por el Gobierno de Washington en contra de los modelos progresistas y emancipadores que viene creciendo con cada vez más fuerza en América Latina y otras latitudes.

¿Solución o chantaje?
Hoy los voceros de la oposición dicen poseer la solución a la violencia, pues indican tener identificado a las bandas delictivas (unas dieciocho mil en todo el país) y que sólo faltaría derrotar electoralmente a Hugo Chávez para que éstas desaparezcan. Saque usted sus conclusiones.

Lic. Fernando R. Alvarez R.