Recientemente leí un artículo de prensa que corroboró lo que para mi es muy obvio, la escogencia de un afro descendiente para ocupar la presidencia de la nación más poderosa del mundo (desde el punto de vista militar) no es producto del voto de los estadounidenses, pues es sabido que en la nación del norte, desde su creación, los ciudadanos votan por representantes al Congreso y éstos son los que deciden (después de intensos y largos lovings) quién será el presidente.Casi de inmediato surge la pregunta, entonces ¿Quién manda en EEUU?, la respuesta está en el libro de Bob Woodward "Obama’s War" (Simon & Schuster, Nueva York, 2010), donde se deja claro que ni el poder ejecutivo, ni el legislativo y mucho menos el judicial, dirigen las políticas en la nación del Tío Sam y aclara que quien manda “es el complejo militar-industrial”, es decir el Pentágono y las grandes empresas productoras de armamento.
Vaneeckhaute explica en su obra "La guerra, otro negocio mortal del libre mercado capitalista" cómo la industria de las armas ha sido la más lucrativa en toda la historia de la humanidad, tornándose en el epicentro de la economía de los Estados Unidos de Norte América.
Lo que me lleva a pensar en las razones por las cuales la industria bélica norteamericana puso a un “negro" como presidente y me sobreviene un escalofrío que recorre todo el cuerpo… ¿Será el escogido? ¿Será el hombre que apretará el “botón” para lanzar la bomba que desatará la tan anunciada guerra nuclear? Y si es así ¿Por qué un negro y no un blanco protestante? Las respuestas no las tengo yo y tal vez usted tampoco, solo la historia dirá cuál era el papel de Obama.
