La verdad es que las personas que se oponen al gobierno constitucional de Hugo Rafael Chávez Frías, están agotando sus últimos cartuchos.
Regresaba de hacer unas diligencias en Sabana Grande y, como es costumbre en mi, caminé por el bulevar hasta la Plaza Brión (Chacaito) y me llamó la atención un tipo que decía por unos parlantes “hoy a las doce del medio día haremos la octavita de la quema de Judas”… ¿La qué? En mis cuarenta y tantos años en este país no había escuchado nunca esa vaina, por lo que no me quedó más que acercarme para ver de qué se trataba.
En el sitio hacía “una pepa de sol”, pues eran las 11:45 am y el cielo estaba despejado.
Sobre una pequeña tarima se encontraba una gran piñata que, según el anunciante, se trataba de una “bota militar con un sapo emergiendo de ella”, obra de Zapata.
Doce en punto, el tipo repetía como disco rayado “a las doce quemaremos todo lo que no nos gusta (…) estamos rescatando nuestras tradiciones” llamando a la gente para que se acercara al pie de la “bota”, tomara un trozo de cartulina azul que le entregaría la hija de Zapata y escribiera lo que más odiaran, para que se quemara junto a la bota y el sapo que exhibía unas charreteras como las del Libertador Simón Bolívar.
Doce y cuarenta de la tarde y nada que quemaban la piñata, pero el tipo, agobiado por el sol, repetía “a las doce quemaremos esta bota militar que representa lo que más odiamos, pues es la traición”. Entre las estrellas invitadas a encender la mecha estaban, Claudio Nazoa, Gustavo Rodríguez y la hija de Zapata…
La gráfica habla por si sola… gracias a Dios nos trajo a Chávez para reivindicar al pueblo a través de las misiones sociales que son las que, en definitiva, han logrado que la gente tenga criterio propio para salirle al paso a estos caducos pitiyanquis y pavosaurios de los medios de comunicación, que no encuentran otra forma de sobrevivir sino buscando una “dádiva” al estilo Ramos Allud, hablando mal del gobierno para que la embajada gringa les de “una ayudita” o les otorgue asilo político en Westonzuela, allá en “flórida”. …”Sigan comiendo cuento”
